COLUMNA INVITADA

Golpe a la fiabilidad

La detención se da en una semana donde se agregaron elementos a la que parece eterna discusión sobre la participación del Ejército en materia de seguridad

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Columna InvitadaCréditos: FOTO: Especial

Con asombro, muchos en el anterior y actual gobierno recibieron la noticia sobre la detención del General Salvador Cienfuegos Zepeda, en Estados Unidos, a petición de la Agencia Antidrogas. No caben en la sorpresa que generaron las imputaciones de la Fiscalía del Este de Brooklyn, que lo liga con el cártel del “H-2”, un narcotraficante quizá no tan famoso a nivel nacional, pero muy conocido en el occidente y noroeste del país. Juan Francisco Patrón Sánchez fue muerto por un operativo de la Marina en febrero de 2017 en Tepic.

Los cargos conocidos ayer son el resultado de una operación de varios años que los investigadores llamaron “Operación Padrino”. Según se argumentó ante la jueza Carol Bagley, hay evidencia en miles de mensajes de Blackberry interceptados de que, a cambio de sobornos, el General Secretario apoyó al cártel de numerosas maneras, incluyendo que no hubiera operaciones militares en su contra, llevando a cabo operaciones contra los cárteles rivales, consiguiendo transporte marítimo, actuando para expandir su territorio de influencia a Mazatlán y el resto de Sinaloa.

También se menciona que presentó a líderes del cártel con otros funcionarios y que hasta los alertó de una investigación de la DEA. Mucho contubernio para una organización que a ojos de las autoridades mexicanas no parecía tan influyente, nos dice una fuente consultada.

Solo en una ocasión anterior se había mencionado, sin decir su nombre, algún posible involucramiento del General Cienfuegos con la delincuencia.

El año pasado, durante el juicio de Joaquín Guzmán Loera, una persona declaró bajo juramento que en enero de 2013 “El Chapo” intentó sobornar con 10 millones de dólares al “general de la nación”. Según Alexander Cifuentes Villa, narcotraficante colombiano, el soborno que iba a darse a través de una intermediaria también de origen colombiano no se concretó porque el alto mando militar “odiaba mucho a Don Joaquín”. Esto fue interpretado como que el General apoyaba a otras organizaciones criminales en detrimento del cártel de Sinaloa. Por cierto, ese mismo testigo declaró que Enrique Peña Nieto había pedido a “El Chapo” 250 millones de dólares y que a cambio, solo le habían dado 100.

La detención se da en una semana donde se agregaron elementos a la que parece eterna discusión sobre la participación del Ejército en materia de seguridad y cuando se formalizó que la Sedena asume el control operativo de la Guardia Nacional. La detención de Cienfuegos es histórica y pone la lupa en el trabajo que los militares han hecho en el pasado reciente y en la actualidad.

Quizá por eso la cautela del presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera, donde el trato a la detención fue muy diferente a otros casos. Cautela que comparten exfuncionarios y actuales integrantes de las Fuerza Armadas y que están dimensionando el tamaño del golpe dado por Estados Unidos. Hay mucho en juego.

CONTRASEÑA: Los deseos de Marcelo Ebrard son quedarse, por lo pronto, en la Cancillería. Así lo ha hecho saber al Presidente.

 

Por Carlos Zúñiga

@carloszup