CAMPUS

El Elector mediano

Los electores decidirán su voto el próximo año, no serán muy diferentes a los de la elección presidencial del 2018. Ideológicamente, el electorado mexicano será el mismo.

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Espero que estas líneas no sean detectadas por los potentes radares e infalible método de Intélite. El lunes iniciamos la semana sin monumento a Colón, suceso inocuo que evidencia el modus operandi de los demagogos. Un enemigo aleja los reflectores de la crisis sanitaria, la violencia e inseguridad y la pérdida de empleos. Combatir a la corona española y a los periodistas que han perdido canonjías se torna la raison d'être de la presente administración.

Al margen de pugnas intrapartidistas, conforme avanzó la semana vivimos –con la negación de registro a México Libre– el apuntalamiento de la agenda lopezobradorista de centralización del poder y erosión institucional. Al dislate de los jueces siguió el de los magistrados. Solo la detención del General Cienfuegos y el descolón histórico hacia el ejército mexicano –columna principal del morenismo- por parte del gobierno estadounidense equilibró el tablero político.  

La aparición de Sí, por México, organización que encabezan Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, podría aglutinar el descontento de ciertos sectores sociales, y promover una narrativa que resuelva el problema de acción colectiva con miras a los próximos comicios. Se sumarán, en 2021, a la oposición que será representada por el PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD. El resto de los 10 partidos apoyará al oficialismo morenista.

En los regímenes presidenciales donde prevalece la formula de mayoría, es decir, donde gana el que obtiene el cincuenta por ciento más uno de los votos, se generan contiendas bipartidistas y por ende los electores votan de manera estratégica en aras de que no gane su última preferencia. ¿Así que, para tener éxito, qué tendría que hacer la oposición? Primero, ir en tándem, i.e. formar un bloque, frente o coalición opositora. Segundo, ir en búsqueda del elector mediano. Si el electorado se distribuye de manera normal en forma de campana este supuesto bloque tendría que ir al centro para obtener un segmento más amplio del electorado.

La identificación partidista no explica nada y los electores -que se comportan de manera racional- premian y castigan gestiones de acuerdo con su desempeño, principalmente en el combate a la inseguridad y en el manejo de la economía. Al modelo de intención de voto se le tendrá que sumar la variable de la gestión de la crisis sanitaria.

Los clivajes a lo largo de los cuales los electores decidirán su voto el próximo año, no serán muy diferentes a los de la elección presidencial del 2018. Ideológicamente, el electorado mexicano será el mismo, es difícil que prosperen propuestas radicales. Los proyectos políticos que tengan éxito en aglutinar el descontento se deberán alejar de la estridencia. El derrotero populista se dará en sus mismos términos: erradicación de la pobreza. Con la promesa de erradicar la inseguridad y la creación de empleos.

Por Alejandro Echegaray

Politólogo

@aechegaray1