ACCESO LIBRE

Negocio del huachicol carretero

Distintas organizaciones, con múltiples motivos, han encontrado en la toma de casetas del país un negocio redondo. Negocio que ha sido tolerado por el gobierno federal y que representa una pérdida tanto para Caminos y Puentes Federales como para los concesionarios privados.

OPINIÓN

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Carlos Zuñiga/ Acceso Libre/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Argumentando cualquier motivo llegan en autos particulares y en autobuses a las casetas principales de acceso a autopistas. Con amenazas, armas y a veces ya sin ellas, hacen que los encargados del cobro salgan y dejen las plumas levantadas. Se ha reportado en ocasiones que se llevan el dinero que estaba en caja. Luego proceden a pedir una “cooperación voluntaria” a automovilistas, quienes acceden ante el temor de verse agredidos.

Distintas organizaciones, con múltiples motivos, han encontrado en la toma de casetas del país un negocio redondo. Negocio que ha sido tolerado por el gobierno federal y que representa una pérdida tanto para Caminos y Puentes Federales como para los concesionarios privados. La situación llegó a crecer tanto que el crimen organizado aprovechó para infiltrarse y sacar beneficio.

Un reporte al que esta columna tuvo acceso registra mil 345 tomas de casetas tan solo del 19 de junio al 13 de octubre solo en la zona centro del país. Los hubo de duraciones cortas (algunas solo de 5 minutos) hasta de varias horas. Las pérdidas solo de los concesionarios privados se calculan en 3 mil 100 millones de pesos superando a todas las pérdidas del año pasado. Capufe no ha reportado algún estimado, aunque decenas de sus casetas han sido tomadas en lo que va de 2020.

Pero simples ejercicios demuestran que en un solo punto de cobro se pueden perder más de 100 mil pesos por hora. 

Hace un mes, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la aplicación del operativo “Caseta Segura”, donde informó que se habían recuperado 7 mil millones de pesos con la liberación de puntos como Tlalpan, Tepotzotlán, Palmillas y autopistas en Sonora, Baja California y Nayarit. Allí anunció que la Guardia Nacional entraría a liberar otras casetas tomadas, pero en realidad solo hizo acto de presencia.

Un oficio fechado el 5 de octubre dirigido al coordinador de carreteras e instalaciones para la Ciudad de México, indica que el personal de la Guardia Nacional no debe inmiscuirse en movilizaciones sociales de toma y bloqueo de casetas de peaje, así como actividades de boteo.

Tampoco deben confrontarse con los participantes, argumentando el privilegio a la seguridad. Con esa orden, en muchos bloqueos los integrantes de la Guardia solo estuvieron de espectadores.

Ante el constante riesgo que representan, el gobierno del Estado de México decidió actuar el pasado 15 de octubre y con policías de la Secretaría de Seguridad estatal liberaron la caseta de Tepotzotlán que estaba a manos de la organización Resistencia Civil Pacífica, que días antes había protagonizado un enfrentamiento a balazos con otra agrupación para adjudicarse el control de la autopista a las Pirámides. En ese encuentro hubo varios heridos de bala y muchos automovilistas estuvieron en riesgo. El gobierno de Morelos también actuó ante indicios de que la delincuencia organizada, en este caso Guerreros Unidos, operaba detrás de los bloqueos.

Es uno de los tantos problemas que se ven lejos de resolverse. Más si la determinación de concluirlo no se toma por completo. Porque al tomarles la medida, quienes hacen negocio no querrán irse fácilmente de allí. O buscarán la manera de seguir perjudicando.

Por CARLOS ZUÑIGA PÉREZ

@CARLOSZUP