"Nadie le decía que iba desnudo y él creía que su vestimenta era impecable. No porque una mentira sea aceptada por el círculo cercano o conveniente a muchos tiene que ser cierta. Así le pasó a un rey, que yendo desnudo, cuando finalmente toma conciencia, ya no podía o ya no quería reconocer que vivía un engaño. Fue hasta que un niño con inocencia y sin el influjo de la verdad de palacio, lo comenta y el pueblo empieza a ver y reconocer lo que ya era muy evidente. Al final el rey tuvo que reconocer que iba desnudo, se apenó pero ya era tarde, se había exhibido."
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POR SALVADOR CERÓN
ECONOMISTA
@ACCRESPONSABLE