COLUMNA INVITADA

Una decisión correcta

El general Cienfuegos regresó a México como un hombre libre, a su llegada al país

OPINIÓN

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Héctor Serrano/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los cargos contra el general Cienfuegos, ex secretario de la Defensa Nacional, fueron desestimados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica, contrarios a su tradición, decidieron dejar libre al acusado, a pesar de supuestamente contar con los elementos suficientes para comprobar su culpabilidad. El general regresó a México como un hombre libre, a su llegada al país, solo fue informado de una investigación en su contra y se le permitió ir a casa, a partir de ahí, surgió una avalancha de especulaciones sobre los verdaderos motivos de su liberación.

Se sabe que la liberación del general fue solicitada por el gobierno mexicano, con este repentino cambio de señales, la mayoría de los articulistas afines a la 4T, que un principio celebraron la detención y la vendieron como una muestra contundente de la descomposición del régimen pasado, hoy han decidido guardar silencio; en cambio, los opositores a ultranza del actual gobierno, mencionan que este es un episodio más en la trama de complicidades sobre las que a diario se construye la historia nacional, ambas posturas, están cargadas de un evidente sesgo de parcialidad.

En mi columna del 26 de octubre, escribí: “El mismo hombre que hace menos de dos años fuera el encargado de proteger al país de cualquier amenaza interna y externa que pusiera en riesgo su soberanía, hoy duerme en una prisión estadounidense, si eso no da miedo, ¿entonces qué podría asustarles?”.  Ante lo evidente, puedo afirmar que el Presidente de la República cambió de opinión y decidió traer de vuelta al general por los siguientes motivos: 1.- La seguridad nacional se veía seriamente comprometida; 2.- Permitir el enjuiciamiento le hubiese significado la pérdida de confianza de los mandos militares; y 3.- No tiene la certeza de cómo será la relación con el nuevo gobierno de los Estados Unidos.

Por ello, a pesar de ser crítico de muchas de las decisiones del actual gobierno, puedo decir que en esta ocasión se hizo lo correcto. Es importante recalcar el impecable trabajo que realizó la cancillería mexicana, aunque bien valdría la pena transparentar los acuerdos asumidos, sobre todo para dejar atrás el fantasma de la especulación, cuando se trata de proteger la soberanía nacional, ningún acuerdo puede considerarse inconfesable, sin duda, lo difícil es tratar de explicarlo y ponerlo en contexto.

Es de esperarse que la decisión del Presidente le acarreará costos políticos, generados principalmente por la percepción de que se trata de un pacto de complicidad con el anterior gobierno, pero no podría ser de otra forma, pues esta decisión rompe de tajo con el discurso presidencial de acabar a toda costa con la corrupción de periodo neoliberal. Aun así, el Presidente tomó la decisión correcta para México, quedando demostrado una vez más, que no es lo mismo arengar que gobernar.

 

POR HÉCTOR SERRANO
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR