LA MODA Y SU GENTE

Vestirse de gratitud

Siempre me he descrito como una persona agradecida. De hecho llevo tiempo “trabajando”, gracias a mi hermana, la fortuna de poder decir gracias por quien soy

OPINIÓN

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Lina Holtzman / La Moda y su Gente / Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Durante una entrevista que me hicieron hace unas semanas me preguntaron algo en lo que nunca había reparado: ¿Cuál ha sido mi secreto para haber logrado, por ejemplo, que “las Carolina Herrera” como a mí me gusta llamar a la poderosa dupla que hacen Carolina Herrera y Carolina A. Herrera, fueran de las primeras 10 personas en creer en la revista Glow?, que justo está por cumplir 16 años. Ellas fueron las madrinas: La primera, apoyándome y, la segunda, aceptando ser la primera portada en la historia.

No supe qué contestar de manera inmediata. Primero porque pocos son mis secretos; segundo, porque no creo que haya una fórmula para generar confianza en los demás. Tras el silencio, contesté: La gratitud. Creo que por eso ellas, y muchas otras personas (famosas y no), han creído en mí.

Siempre me he descrito como una persona agradecida. De hecho llevo tiempo “trabajando”, gracias a mi hermana, la fortuna de poder decir gracias por quien soy, pero también por lo que no he logrado convertirme. Gracias por lo que tengo, por supuesto, pero también por las carencias. Suena utópico, mas nada tiene de eso.  Parece difícil, eso sí que lo es.

Porque llegan las comparaciones: no nada más con otras personas, sino con otros tiempos. Y lo que nos hace únicos se convierte, sin querer, en vez de en un lujo, en un sentimiento no tan placentero. ¡Ojo ahí!

Bien lo dijo Christian Dior: “El estilo es una forma de decir quién eres sin tener que hablar”. ¿Por qué, entonces, no hacemos de él, nuestro estandarte? Los demás no están para decirnos qué ponernos y cómo. Mucho menos de qué manera comportarnos. Están para enseñarnos, al menos así lo he experimentado a lo largo de 50 años de vida y 39 de carrera.

Nuestro estilo no nos lo quitamos al desvestirnos y devolver al armario la ropa, los zapatos, el reloj, y dejando en un algodón el make up. ¡Es mucho, muchísimo más que un objeto que como va, viene!

Agradecida estoy por entender que si quiero demostrar quién soy sin decir una sola palabra, lo primero que hay que aprender a llevar puesto es la elegancia. De eso mucho le aprendí, a las Carolinas. De Carolina Herrera aprendí que compartir aunque sea por un minuto una sonrisa y una mirada ojo a ojo vale más que media hora de platiquita sin compromiso. Carolina A. Herrera, por su parte, me ha demostrado que la honestidad siempre será la mejor tarjeta de presentación.

16 años de complicidad avalan lo anterior, pero, sobre todo, confirman que a quien es agradecido, nunca le falla la memoria. Y por eso, siempre será la persona mejor vestida.

POR LINA HOLTZMAN
COLABORADORA
@LINAGLOW