COLUMNA INVITADA

Clínicas, hospitales y escuelas de medicina públicos de “primer mundo” (29)

En muchas comunidades, en donde apenas se cuenta con una clínica y algunos medicamentos básicos, el servicio es deficiente y no se labora los fines de semana

OPINIÓN

·
Diego Alcalá Ponce Colaborador Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

“Sin salud no hay vida feliz”.

El presidente de la República ha prometido que en México se tendrá un servicio médico “de primera”, similar al de países como Canadá, Inglaterra, Dinamarca o Suecia. No es una tarea fácil, pero tampoco imposible de llevar a cabo, porque si en verdad se quiere, se puede, ahora que hay voluntad política para hacerlo. Amable lector: Ese es nuestro propósito y debemos apoyarlo. Es por el bien de todos. No es política.

Es tal todavía la falta de los servicios médicos en el país, que muchos enfermos siguen resintiendo la falta de atención oportuna y eficiente, principalmente los del medio rural y aislados. En muchas comunidades, en donde apenas se cuenta con una clínica y algunos medicamentos básicos, y en las que a veces no hay médico, o no asiste regularmente, el servicio es deficiente y no se labora los fines de semana.

No se explica por qué en México los servicios médicos, tanto de clínicas como de hospitales públicos, no son proporcionados todavía regularmente los sábados, domingos y días festivos. Los fines de semana se viven momentos de pausa, tensión y preocupación para los pacientes, porque los servicios no son iguales que los cinco días laborables. Todos los servicios se reducen al mínimo, y algunos de plano se suprimen. Y todo esto, amable lector, es algo que tiene que cambiar cuanto antes para mejorar la asistencia médica que requieren los pacientes todos los días de la semana. Desde luego que, para establecer la jornada de la semana completa, no serían los mismos médicos, ni el mismo personal para dicho trabajo, sino que se tendría que reestructurar todo el sistema laboral del sector salud para adecuarlo a las necesidades del servicio más importante que requiere la población.

Los servicios médico-sanitarios, tanto en las clínicas como en los hospitales públicos, deben ser de todos los días de la semana, tal como se proporcionan en los privados. No es que no haya descanso, sino que, para implementarlo, se tendría que contratar, necesariamente, al nuevo personal que laboraría en esos días “vacantes” en el sector salud. Además de procurar un mejor servicio, como debe ser, porque no se trata de una escuela o fábrica, en las que se cierran los fines de semana, se obtendrían grandes beneficios en muchos aspectos, porque el servicio estaría disponible para todos, todos los días de la semana. Además, se crearían miles de empleos fijos.

Desde luego que esa reestructuración deberá ser bien planeada para evitar complicaciones laborales y administrativas, por aquello de que, por ser en fin de semana, se consideraría como un trabajo especial y con salario especial. Deberá tenerse presente que, de no reestructurar este vital aspecto, el Sistema Nacional de Salud podría colapsar en poco tiempo y con resultados altamente preocupantes por falta de servicios eficientes y continuos.

De hecho, tal como lo desea el señor presidente, los servicios de primer nivel, o de “primer mundo”, sí es posible, pero siempre y cuando se modifique sustancialmente toda la infraestructura de los servicios médico-sanitarios existente. Esa reingeniería, recomendada por el doctor Rubén Argüero, desde hace mucho, sigue vigente y es oportuna ahora que enfrentamos serios problemas de salud, aparentemente pasajeros, pero que, de no actuar inteligente, y responsablemente, se puede complicar con resultados catastróficos.

Pero, desde luego que no bastaría con esos necesarios cambios y ajustes en todo lo que tiene que ver con los servicios médico-sanitarios, si no se considera también la formación de los profesionales de la salud. Los médicos deben estar altamente capacitados para poder desempeñarse eficientemente. Y es aquí donde las escuelas de medicina tienen mucho que ver. No se trata de formar a nuevos médicos como se pueda y sin contar con todos los recursos didácticos, técnicos y científicos necesarios.  Las escuelas de medicina son, y deben seguir siendo, el pilar de toda la infraestructura médica del Sistema Nacional de Salud, al que hasta ahora, no se le ha prestado la debida atención. Continuará…

POR DIEGO ALCALÁ PONCE
COLABORADOR
DIEGOALCALAPONCE@HOTMAIL.COM