TINTA Y PAPEL

¡Huele a muerto!

Es poco entendible, que cuando en México hay poco más de 53 millones de pobres y la vacuna sea una luz en el camino para recuperar la salud, hoy se tomen decisiones de no adquirir el antígeno

OPINIÓN

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Engge Chavarría/ Tinta y papel/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ya rebasamos la cifra de los 140 mil muertos a causa de la Covid-19 en México, muy lejos quedaron las estimaciones del subsecretario de Prevención y promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien afirmó que de salirse de las manos la pandemia habría unas 35 mil personas que perdería la vida, ¡Ufff! que lejos estamos de eso.

Pero para la población mexicana no hay más termómetro que el número de enfermos que hay en su núcleo familiar, los familiares que han perdido la batalla y aquellos que aún están esperando los restos de su ser querido, que con la saturación que hay en los crematorios, tardan hasta 5 días en entregar las cenizas.

HISTORIA 1.- Pese a que el tiempo de espera es larga, en la Avenida San Fernando, al sur de la ciudad de México, en donde se ubica uno de los crematorios del ISSSTE, uno de los más grandes del país, salen olores fétidos, que quienes habitan la zona aseguran: “huele a muerto”.

En esta avenida es en donde conjugan pequeños comercios como panaderías, restaurantes, puestos callejeros, bancos y hasta alumnos de la Universidad La Salle que en conjunto forman una comunidad que busca empujar la economía de la zona.

Pero hoy la fumarola de los crematorios del ISSSTE, institución a cargo de Luis Antonio Ramírez Pineda, se deja ver a un par de kilómetros, los trabajadores de la zona aseguran que no han parado desde hace 10 meses. Sin embargo, los trabajos se han intensificado desde diciembre a la fecha.

Para ser clara, el 30% de las personas que fallecieron en diciembre tenían el virus, el dato se confirma con los panteoneros, hoy entierran hasta 20 personas al día, casi la mitad por Covid-19.

“Es triste, porque más allá del olor ha muerto, ves el drama de las familias que tiene días viniendo y esperando a que les entreguen los restos de su paciente”, dice el panadero que está frente a los crematorios.

“Huele raro, huele a muerto, a diario vemos como llegan las carrozas con cuerpos, como sale el humo negro, como trabajan los tres turnos en el ISSSTE y pese a que me da ardor y dolor de garganta hay que seguir”, dice una empleada de la cafetería que colinda con el crematorio.

HISTORIA 2. “No pude verlo, ni despedirme de mi papá”, es el testimonio de una Sara “N” que tardó más de 24 horas para encontrar un hospital público que pudiera atender de un fuerte dolor de estómago a su padre. Después de haber ingresado al Hospital General de México y permanecer 6 días, sin poder visitarlo, ni hablar con él por la pandemia, una llamada del hospital le confirma que ha muerto. Pasaron 8 días y apenas recibió los restos de su padre. “No creíamos en la enfermedad (virus SarsCov2) y hoy ni adiós pude decirle”.

HISTORIA 3. Fue un 24 de diciembre, mientras muchas familias festejaban, los Álvarez no pudieron hacerlo, “el pilar de su casa”, padre de cuatro hijos se debatía entre la vida y la muerte tras ser contagiado por el virus en una reunión previa que hizo en su casa el 12 de diciembre para festejar a la Virgen María.

Una de sus hijas cuenta “no había doctor, ni enfermera que pudiera auxiliarnos, lo vimos como sus uñas, sus labios se ponían morados, sus ojos se le hundían y como su respiración fue dificultándose”.
Pese a que logró salir del cuadro grave, hoy batalla Antonio, quien tiene 89 años, con la enfermedad y espera al menos dejar el oxigeno para poder moverse.

EN EL APUNTE… estas historias son de mexicanos que cada vez están viviendo de cerca las consecuencias de la Covid-19, del pésimo manejo de la política de salud pública y de la desgracia de sus bolsillos, quienes se dan cuenta que esta enfermedad puede generar un hoyo financiero.

Pero ante esto, esperamos que hoy obtengamos una respuesta coherente ante la decisión del gobierno mexicano de recibir menos lotes de vacunas por parte de la farmacéutica Pfizer, para que pueda distribuir entre las naciones más pobres.

Es poco entendible, que cuando en México hay poco más de 53 millones de pobres y la vacuna sea una luz en el camino para recuperar la salud, hoy se tomen decisiones de no adquirir el antígeno, el cuestionamiento es: ¿Cuándo solicitó la ONU al presidente López Obrador ceder vacunas para los países más pobres?; ¿Quién de la ONU hizo la petición? ¿En México, quién recibió la instrucción? ¿Cuándo se tomó la decisión y en base a qué? ¿Por qué renunció la jefa de vacunación de la Secretaría de Salud? ¿Cuánto afectará la campaña de vacunación en el país esta decisión? En fin. No se supone que votamos por un gobernante, que iba a ver primero por los mexicanos. ¿Entonces qué pasó?

POR ENGGE CHAVARRÍA
PERIODISTA
TWITTER @ENGGECHAVARRIA