COLUMNA INVITADA

La prueba de las tres preguntas

En Estados Unidos se activaron las palancas correctas en el momento clave de la transición del poder

OPINIÓN

·
Beata Wojna/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cuando mañana veamos a Joe Biden jurar la Constitución estadounidense como el cuadragésimo sexto presidente de la Unión Americana, deberíamos mirarnos en el espejo y preguntar qué hubiera pasado si nuestro país tuviese que enfrentar a un personaje como Donald Trump y lidiar con un acontecimiento tan inusual como la ocupación violenta del poder legislativo en el momento crucial de la transición del poder ejecutivo.

Lo ocurrido en Estados Unidos nos invita a hacer el siguiente test de tres preguntas fundamentales:

1) ¿Cómo se comportarían las fuerzas claves de nuestro país: el partido del gobierno, la oposición, los empresarios, y el ejército?

2) ¿Habría voces suficientemente fuertes para condenar al presidente en turno, si cuestiona los resultados electorales con objeto de seguir gobernando?

3) ¿Se lograría regresar el proceso de la transición de poder a los cauces institucionales?

Desafortunadamente tendríamos que reconocer que en un número creciente de países sería muy fácil socavar o incluso tumbar la democracia. El estado de la democracia en el mundo está empeorando con rapidez. Desde hace 14 años vivimos el declive en la libertad global, como lo refleja el índice de la libertad de Freedom House. Las crisis financieras hicieron lo suyo, generando un caldo de cultivo para los populismos y los extremismos. Asimismo, las limitaciones de las libertades a raíz del COVID-19 tampoco le ayuda al sistema.

En este contexto, hay que celebrar que en EUA se frenó un desarrollo realmente peligroso para la democracia occidental. También deberíamos entender mejor qué es lo que permite a la Unión Americana llegar al juramento de su nuevo presidente a pesar de tantos obstáculos.

Entre los elementos a destacar se encuentran las instituciones fuertes, un espíritu crítico en la sociedad, y una profunda conciencia de que hay líneas rojas que no se deben cruzan.

En la práctica, eso se tradujo en que después de la ocupación del Capitolio hubo respuestas condenatorias de parte de cinco grupos:

1) La oposición Demócrata, lo que es obvio.

2) Los Republicanos más destacados, a pesar de su pertenencia al partido del Presidente.

3) Las empresas de tecnología, que cortaron el acceso del presidente a la comunicación por redes sociales.

4) Los bancos, empresas y empresarios que anunciaron la ruptura con los negocios de Trump o condicionaron los futuros donativos a los republicanos al reconocimiento del nuevo presidente Biden.

 5) El ejército, que a través de un comunicado expresó la fidelidad a la Constitución y no al presidente.

En Estados Unidos se activaron las palancas correctas en el momento clave de la transición del poder ejecutivo. Hoy podemos desear que la presidencia de Joe Biden y Kamala Harris sane las profundas divisiones existentes en la sociedad estadounidense. Ahora bien, ¿se activarán estas palancas en nuestro país cuando le toque una situación similar?

Ojalá pudiéramos dar un sí rotundo.

POR BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@BEATAWOJNA