AGENDA CONFIDENCIAL

Hacienda descalifica a la ASF

Está bien que a nadie le gusta que le abollen la corona, pero que el titular de la Secretaría de Hacienda opine que “hay mala fe” es preocupante

OPINIÓN

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Luis Soto/ Agenda Confidencial/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Lamentable que la Auditoría Superior de la Federación haya regado el atole al informar que fueron más de 300 mil millones de pesos los que se destinaron a la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, y no los menos de 100 mil millones que dijo, en reiteradas ocasiones, el Presidente de la República.  Preocupante que el secretario de Hacienda afirme que podría haber “mala fe” de quien preparó y dio a conocer el reporte, pues con ello pone en duda, descalifica, contribuye a la falta de credibilidad y de respeto del órgano fiscalizador. 

Tratando de explicar lo inexplicable, el auditor especial de Desempeño de la ASF, Agustín Caso Raphael, señaló sobre el bochornoso asunto: “Se informa preliminarmente que se ha detectado en la auditoría revisada que el costo estimado de la cancelación de la construcción del NAIM, considera los flujos pasados y futuros para llevar a cabo la cancelación de las obligaciones contraídas para la construcción que no representan un costo, pero sí un flujo de salida; asimismo, contempla Bonos en Circulación que ya se encuentran contemplados dentro del costo de la inversión ejercida y la terminación anticipada de los contratos suscritos; además, contempla intereses de vencimientos futuros que no representan un costo actual y que se materializarán en la medida que dichos bonos no sean rescatados, siendo que hasta entonces, en su caso, formarán parte del costo de cancelación”. 

El secretario de Hacienda lo remató al declarar: “Nosotros entendemos y estamos muy conscientes que siempre, en toda auditoría, en cualquier reporte, puede haber discrepancias metodológicas, pero este no es el caso…” ¿Y por qué no, apá? ¿Políticamente no le conviene?, pregunta el respetable. A juicio del funcionario, “en el caso del reporte de la ASF fueron la no utilización de criterios contables básicos y con criterios financieros extraordinariamente elementales…”. De párvulos, quiso decir. Y siguió arremetiendo contra los que hicieron la auditoría: “Eso es difícil de entender proveniente de una institución extraordinariamente experimentada y por ello nosotros (no dijo quiénes son los demás, pero se sospecha de ya saben quién, acotan los sospechosistas) no sabemos bien a bien a qué se debe; o hay un problema de preparación básica de quien formuló esto o hay un problema francamente de mala fe de quien dio a conocer el reporte”. 

¿Qué interés podrían tener el auditor superior de la Federación y sus muchachos en exagerar la cifra del costo de cancelación del NAIM?, preguntan los observadores, a quienes se les hace sospechoso el inusitado interés del secretario de Hacienda por este asunto, y no por otros en donde el órgano fiscalizador descubrió que las cuentas no son claras, hay inconsistencias y posibles trinquetes. 

Está bien que a nadie le gusta que le abollen la corona, pero que el titular de Hacienda opine que “hay mala fe” es preocupante, pues los titulares de todas las dependencias observadas van a utilizar el mismo argumento.      

POR LUIS SOTO
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