COLUMNA INVITADA

Elecciones: entre el Tlatoani autoritario y la chiquillada oportunista

No hay duda, las elecciones del 6 de junio serán de las más grandes que se realicen en México

OPINIÓN

·
Alfredo Ríos Camarena/ Columna Invitada/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

No hay duda, las elecciones del 6 de junio serán de las más grandes que se realicen en México; más de 2 mil cargos de elección popular de distintos niveles y jerarquías, desde la totalidad de la Cámara de Diputados, una elección extraordinaria para Senador de la Republica en Nayarit, quince Gubernaturas, casi todos los Congresos Locales y cientos de Presidencias Municipales y Alcaldías, serán atípicas por diferentes factores internos y externos que me permito enunciar brevemente.

  1. Existen criterios jurídicos diferenciados entre el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se han reflejado en sentencias y acuerdos contradictorios.
  2. Una inusitada controversia entre el Titular del Poder Ejecutivo Federal y el Consejo General del INE, con diferencias muy marcadas.
  3. Por primera vez la reelección de legisladores se realizará bajo innumerables pugnas internas.
  4. Nuevos partidos políticos nacionales competirán y no podrán coaligarse; para su consolidación de registro requerirán –al meno — el 3 por ciento de la votación.
  5. Alianzas inusitadas y contradictorias, por una parte PRI, PAN y PRD y, por la otra, Morena y sus aliados el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo. Las cuales son absolutamente inaceptables.
  6. Por razones extra-electorales afectará este proceso la inseguridad y la participación del crimen organizado que –a sangre y fuego— quita y pone candidatos de diferentes partidos, con el propósito infame de obtener ganancias económicas de los presupuestos y, sobre todo, para obtener la complicidad de autoridades para el tráfico de estupefacientes y la trata de personas.
  7. Una caída del Producto Interno Bruto cercano al 10 por ciento, lo que agrava la pobreza, la carestía y la ausencia de empleo.
  8. La sombra siniestra de la Pandemia y las medidas de salubridad complican este escenario.
  9. El programa de vacunación contra el Covid-19 se ha retrasado, lo que obstaculizara aún más el proceso electoral.
  10. A nivel mundial existe una clara decepción del sistema democrático; la patología de los partidos políticos, que señalaran  desde hace tiempo— politólogos del nivel de Giovanni Sartori, Maurice Duverger y Norberto Bobbio, nos permiten afirmar que la partitocracia se destruye asimismo, y la “Ley de Hierro de las cúpulas” excluye y aleja a los votantes.

El presidente López Obrador simplemente divide a los ciudadanos mexicanos entre liberales y conservadores, o entre buenos y malos, lo cual constituye un sofisma y un anacronismo que cae por su propio peso.

En este aterrador escenario existen muchas dudas de votar o no votar, y de hacerlo ¿por quién? En mi caso, si se me permitiera, yo votaría para Presidente Municipal por Jorge Campos, deportista extraordinario y hombre del pueblo; para Gobernador, lo haría por Lupita Jones, Miss Universo 1991, pues siempre he admirado la belleza del género femenino; y por Alcalde de la Ciudad de México por el luchador Blue Demon, que me recuerda mi adolescencia y las increíbles hazañas deportivas de ese tiempo.

Entre el Tlatoani autoritario y la chiquillada oportunista hay poca tela de donde cortar, porque no existe –en ningún lado— ni proyecto legislativo, ni programa de gobierno, ni tampoco planteamiento de políticas públicas. Estamos pues, ante una complicada, atípica y difícil elección.

POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

maaz